miércoles, 1 de febrero de 2012



UN ESFUERZO EJEMPLARIZANTE


Miguel Ángel Campos 



Miguel Ángel Campos es un escritor raigalmente autóctono, nacido en los andes, su vida y su formación  intelectual ha transcurrido en Maracaibo. No arrastra el fardo de influencias foráneas, su prosa vaciada de atildamiento no se entrega a la veneración de las ideologías del orbe. Su talento es firme y sereno, y su escritura es como una espada contra las armas de la falsa academia, contra las ilusiones de los ostentadores del poder y crítico veraz del griterío social sin metas y sin horizontes derivado de un atavismo conveniente,  tampoco se ampara en el constreñido individualismo del mesianismo  recurrente de la historia patria. Su reciente libro “Incredulidad” –le preceden “La imaginación atrofiada”, “Las novedades del petróleo”, “La ciudad velada”, “Desagravio del mal” y “La fe de los traidores”, amén de los premios: Ensayo I Bienal de Literatura “Mariano Picón Salas” y de Ensayo Fundarte– es un complejo y no menos propósito por mostrarnos con lucidez nuestras latencias y el perfil del futuro que nos aguarda. Más allá de las líneas fundacionales que nos propusieron en  sus apasionados alegatos  Mario Briceño Iragorry, Mariano Picón Salas o Augusto Mijares (por sólo nombras tres pivotes del ensayo en Venezuela), obviamente, Miguel Ángel Campos ha cumplido un esfuerzo ejemplarizante de estudio en la develación de los fenómenos culturales que dan forma al ser del país, originando en él una conciencia clara de dichos procesos  en lo social, político, económico y literario desde su atalaya en la provincia nacional.

Si existe una verdadera preocupación  por atender el esfuerzo y resultados de una obra, fecunda e iluminada del ser venezolano, Miguel Ángel Campos estará con nombre propio en la cultura venezolana y, muy pronto, deberá ser Premio Nacional de Literatura.


José Francisco Ortiz Morillo.
Santa Cruz de Mara, 31 de enero de 2012